05 octubre 2013

Época medieval


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La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural. En la Edad Media el noventa por ciento de la población vivía en el campo, centro de toda actividad y vida diaria para los habitantes de aquella época. 
En los primeros siglos medievales, los campesinos se organizaban entorno a unas tierras propias y otras comunes, como bosques, que compartían con sus vecinos. En grupos reducidos, imponían sus leyes y justicia, organizaban las cosechas y los recursos que de ellas obtenían. 
Poco a poco, estas comunidades fueron absorbidas por señores, laicos o religiosos, a los que habían sido entregadas esas tierras. Así da comienzo lo que hoy en día hemos llamado sistema feudal o feudalismo, instaurándose como modo de organización social.


La sociedad estaba dividida en estamentos: en la base encontramos a los campesinos, libres o siervos, quienes suponían la inmensa mayoría de la población; en el escalafón intermedio se encuentran los militares y los nobles, laicos o eclesiásticos. No todos tenían la misma categoría sino que el status dentro de estos dos grupos variaba. Acabamos en la cúspide con la realeza, es decir, el rey y su familia. 
El pertenecer a uno u otro grupo estaba marcado por el nacimiento, no pudiendo pasar de uno a otro dado el carácter blindado de los estamentos. Así lo articularon los estudiosos de la época quienes buscaron una explicación divina para la nueva organización social que se estaba produciendo. Cada uno cumplía una función, siendo importantes todas ellas ya que dependían unos de otros mediante un intrincado sistema de lazos llamado sistemas de dependencia o vasallaje, donde los campesinos juraban fidelidad o vasallaje a los señores quienes, a cambio del trabajo en sus tierras y parte de la cosecha, les proporcionaban protección.

Los señores y los militares, a su vez, juran fidelidad al rey por medio de la ceremonia del homenaje, asegurando su apoyo y fuerzas en tiempos de guerra. El rey, agradecido, entregaba unas tierras o feudos a los nobles a modo vitalicio y hereditario, pasando a ser dirigidas y gobernadas por ellos desde sus castillos o fortalezas, centros de actividad no sólo política sino también económica. Cada tierra estaba dirigida de forma distinta y es que, desde que las leyes eran consuetudinarias, no estaban escritas sino que se basaban en las tradiciones y costumbres de cada pueblo, podían ser interpretadas de distintas formas

La familia era la primera unidad de producción para los campesinos medievales. En los hogares vivía la familia nuclear aunque era común encontrar a los abuelos habitando con ellos. Cada miembro de la familia tenía una función en ella, existiendo así una división del trabajo según el sexo, la edad o el status de la persona. Mientras que los hombres y jóvenes trabajaban las tierras, las mujeres eran las encargadas del ganado, del huerto, del vestido y de la preparación y conservación de los alimentos y las bebidas- como podía ser el vino, los cereales para el invierno o la mantequilla-. Importantísima era su función dado el carácter de subsistencia que tenía la economía. 



Los monasterios, centro de oración y estudio, eran las residencias del clero. Verdaderas ciudades, suponían un elemento esencial en el paisaje medieval y es que no podemos olvidar la importancia que esta clase social tuvo no sólo como guía espiritual y divina sino también por su influencia política. 
San Benito, ya a mediados del siglo VI, estableció un modelo de vida funcional, organizativa e incluso formal- estético- para los monasterios y el clero. La vida de los monjes giraba entorno a tiempos de rezos, a partir de los cuales se establecían de modo milimétrico el resto de actividades que se llevaban a cabo, consideradas tan importantes como la oración.

Los monasterios eran autosuficientes gracias a los huertos que solían cultivar en los alrededores o a los productos que obtenían los campesinos trabajando las tierras de influencia del mismo. Eran estos productos-junto al pan y al vino y otros derivados del ganado- los únicos que consumían los monjes. Aquellos que no trabajaban el huerto, dedicaban la mayoría del día a copiar y traducir obras clásicas al latín, lengua eclesiástica, convirtiéndose en espléndidos centros de estudio y de transmisión de la cultural y el conocimiento

Análisis de la trinida


Dios, en el cristianismo, es el ser divino que creó y gobierna el mundo, manifestado en tres personas diferentes: Como Padre, como Hijo y como Espíritu. Al Dios Trino se cree en diferentes atributos entre ellos el amor, el más importante de todos (1 Jo 4,8 y manifestado así por Pablo en 1Co 13), la omnipotencia, la omnisciencia, la omnipresencia, la santidad, la Verdad (Jo 14:16), la justicia y la fidelidad.

La mayoría de los cristianos cree que Dios es espíritu, no creado, omnipotente y eterno. El creador y sustentador de todas las cosas, que rescata al mundo a través de su Hijo, Jesucristo. Con este plano de fondo, la creencia en la divinidad de Cristo y en el Espíritu Santo está expresada como la doctrina de la Santísima Trinidad, que describe una única "substancia" divina ya existente como tres personas distintas e inseparables: el Padre, el Hijo (Jesucristo), y el Espíritu Santo De acuerdo con esta doctrina, Dios no está dividido, en el sentido de que cada persona tiene un tercio de todo, pero antes, cada persona es considerada como siendo plenamente Dios (. Perichoresis). La distinción reside en sus relaciones.

Ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento se usa el término "Santísima Trinidad", aunque los trinitarios crean que el concepto está implícito en varios pasajes bíblicos. La doctrina de la Trinidad es el resultado de la exploración continua por la iglesia de los hechos bíblicos, discutidos en debates y tratados

En la Iglesia Ortodoxa Oriental y las Iglesias orientales católicas, el domingo de Pentecostés en sí se llama Domingo de la Trinidad. El lunes después de Pentecostés es llamado Lunes del Espíritu Santo, y al día siguiente se llama el tercer día de la Trinidad. Aunque los colores litúrgicos no son los fijados en la práctica oriental, en algunas iglesias, el verde se utiliza para el Pentecostés y su Afterfeast.

La Iglesia ortodoxa, según su tradición, se considera la continuación de la iglesia establecida por Jesús y sus apóstoles. La constancia e inmutabilidad de los dogmas de la doctrina cristiana original se consideran una de las virtudes principales de dicha iglesia. Se supone que cualquier cambio considerable de la doctrina se puede hacer sólo por medio de un Concilio Ecuménico, o sea de todo el mundo cristiano, una cosa no hecha en la Iglesia ortodoxa ya por muchos siglos desde el cisma con la Iglesia romana, la cual por su parte ha continuado convocando concilios ecuménicos, unida bajo la autoridad del Papa de Roma.

Al igual que la Iglesia católica romana, la Iglesia ortodoxa posee la autoridad de canonizar o beatificar. Cuando alguna de las iglesias ortodoxas autocéfalas engrosa su santoral, ella obligatoriamente avisa sobre eso a todas las demás iglesias hermanadas.

Tanto como la Iglesia católica romana, la Iglesia católica ortodoxa considera suya toda la historia de la iglesia precismática. Por eso, la mayoría de los santos católicos precismáticos occidentales siguen siendo santos de la Iglesia ortodoxa, por ejemplo, santa Mónica, san Lorenzo, san Hermenegildo, etc.

Análisis de la figura del cristo

El atributo pantocrátor (todopoderoso, del griego παντοκράτωρ, compuesto de παντός —en español: todo— y de un derivado de κρατός —en español: fuerza, poder—) se aplicó a Zeus en la mitología griega. En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo.

En concreto, en el arte bizantino y románico, con el término pantocrátor se designa la imagen con que se representa al Todopoderoso, Padre e Hijo, es decir, Creador y Redentor. La figura, siempre mayestática, muestra a una u otra persona divina en similar actitud: con la mano diestra levantada para impartir la bendición y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras. En ocasiones, se representa sólo el busto; otras veces, la figura completa entronizada que, cuando se trata del Padre, sostiene en sus rodillas a Cristo hijo. Dos son los lugares habituales para exhibir el pantocrátor en las iglesias: al exterior, en los tímpanos de las portadas, esculpido en piedra; o, en el interior, pintado en las bóvedas de horno de losábsides. En todo caso, se suele enmarcar en un cerco oval conocido como mandorla (del italiano mandorla = almendra) y ocupan el espacio adyacente las cuatro figuras del tetramorfos, es decir, alegorías de los cuatro evangelistas.
La traducción más común de pantocrator es "todopoderoso". En este sentido, pantokrator está formado del prefijo pan "todo" y el verbo (κρατεω) que significa "acometer o realizar algo". Esto es entendido normalmente en términos del poder potencial, la habilidad de hacer algo u omnipotencia.
Otras traducciones pueden ser "soberano de todo", en un sentido más literal o "sustentador del mundo, en un sentido más amplio.
Mientras que en las iglesias ortodoxa y católica oriental es ampliamente utilizada esta denominación en las occidentales es menos común siendo prácticamente desconocida para protestantes. La imagen occidental equivalente es Maiestas Domini.
Expolio es la denominación de un tema y motivo iconográfico cristiano que presenta a Jesús antes de su crucifixión, en el momento en el que es despojado de la túnica inconsútil (sin costuras) que Herodes le había mandado poner, y que la costumbre designaba como recompensa para los soldados romanos, que en vez de repartírsela, para evitar romperla, se juegan a suertes, por lo que permaneció intacta. La exégesis que hacen los propios evangelios es el cumplimiento de una profecía del Viejo Testamento (Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes); y también se la considera un símbolo de la unidad de los cristianos, tradicionalmente se representa de color púrpura o rojo.

Los pasajes donde se narra esta escena en la que se despoja a Cristo de sus vestiduras (significado de la palabra "expolio"), bien en el Gólgota, o bien durante el Via Crucis, están en el Evangelio de san Juan , el Evangelio de san Mateo  y el Evangelio de san Marcos  el Evangelio de Nicodemo(uno de los apócrifos) también recoge este momento, precisando que no se le desnudó, sino que se sustituyeron sus vestiduras por un perizonium (el que cubre sus partes pudendas en la representación habitual del crucificado).

Cristo recogiendo sus vestidos, de Zurbarán (1661).






Otra de las pinturas que tratan un motivo paralelo se debe a Francisco de Zurbarán, quien en 1661 pintó un Cristo recogiendo sus vestidos para la iglesia de Jadraque. El tema es una escena previa, que aparece en los evangelios de Marcos y Mateo: el momento en que Cristo recogie su túnica parda tras la flagelación.

Perizonium, paño de pureza, linteus (de "lino", en latín) o lienzo de pureza, son las denominaciones que suele recibir el paño, lienzo, pieza de tela o falda corta que, por motivos de pudor, sirvió para ocultar la desnudez de Jesús de Nazaret durante su crucifixión, tras el expolio.
No aparece en los evangelios canónicos, sino en uno de los apócrifos, el Evangelio de Nicodemo (10:1), donde, al narrarse la escena del expolio (cuando es despojado de sus vestidos -la túnica inconsútil que sí está reflejada en los canónicos ), se dice:
Y Jesús salió del Pretorio y los dos ladrones con él. Y cuando llegó al lugar que se llama Gólgota, los soldados lo desnudaron de sus vestiduras y le ciñeron un lienzo, y pusieron sobre su cabeza una corona de espinas y colocaron una caña en sus manos. Y crucificaron igualmente a los dos ladrones a sus lados, Dimas a su derecha y Gestas a su izquierda. 
Si Cristo fue o no crucificado desnudo, o si en todo caso hay que representar esta escena con paño de pureza es un asunto que ha generado alguna controversia. 
La forma del perizonium (su longitud, ceñido, cinturón, etc.), que permite simbolizar ciertas ideas iconográficas, es utilizada por los expertos en arte para datar las diferentes representaciones del crucificado, Según la tradición, la verdadera reliquia del perizonium se conserva en la catedral de Aquisgrán.Por extensión, la expresión paño de pureza o lienzo de pureza se aplica a cualquier recurso utilizado para cubrir las partes pudendas de los desnudos en el arte.